domingo, noviembre 07, 2010

IR TRAS UN SUEÑO

Todas o casi todas las mujeres en algún momento de nuestra vida anhelamos casarnos, ser exitosas y felices.

Todo sueño es el inicio de la realidad. La felicidad no la da el simple hecho de casarse, ni ésta es cotidiana. Se arma la felicidad con el conjunto de experiencias: ilusiones y desilusiones, alegrías y tristezas, ausencias y presencias, esperanzas y desesperanzas, éxitos y fracasos, que componen una vida.

Eso lo aprendemos día a día al convivir en pareja primero y en familia después. ¡Y cuesta balancear las cosas! Se va en busca de lo positivo en cualquier circunstancia, como complemento necesario para tener un motivo de alegría en los hogares como paso previo para la felicidad.

De lo contrario, la vida es gris, sin esperanzas, rutinaria… desdichada.

Junio 2008: estoy a pocas horas de viajar a los Estados Unidos al matrimonio de mi hija Ana Lucía, que al casarse con un norteamericano fijará su residencia en la bella ciudad de Seattle. Ella con la ilusión de una juventud pujante va en busca de su sueño. Deja su anterior familia, se aleja de la patria, de amigos; ya que encontró el amor en los caminos que escogió para calificarse profesionalmente en otros continentes.

A nosotros sus padres, durante los primeros días, nos embargaron sentimientos encontrados. La alegría, porque realiza su sueño y al mismo tiempo tristeza por su lejanía física, el formar familia y tener la experiencia de vivir más allá de los linderos de la patria. Esta tristeza me oprimía el corazón, porque en adelante, en muchos momentos de su vida, necesitaría del regazo materno, para sentirse protegida… ya que sentirse hija da seguridad, serenidad y fortaleza. Pero sé que gracias la modernidad tendremos cercanía y la oportunidad de un beso y una caricia materna, aún a través de la distancia.

Ya tuvimos una primera experiencia cuando se casó nuestra hija Carla que fijó su residencia en Quito. Verla partir, me quebró… “pero Quito está acá nomás” me decían mis hijos, además que siendo peruano su esposo, teníamos la esperanza de que retornarían a la patria como que así fue. Después de dos años regresaron a Lima.

Esta vez siento la influencia de la experiencia y puedo reflexionar porque los niveles profesionales de los dos no les permitirían trabajar en Perú con las mismas expectativas laborales que tienen en el “país de las oportunidades”, de modo que he asimilado. Creo que Dios es el artífice de hacer que las distancias y las cercanías no impidan la continuidad de experimentar felicidad entre las madres y sus hijas, y creo también que "Lo esencial para el corazón es invisible para los ojos".


DOS AÑOS DESPUÉS…

Han pasado poco más de dos años desde la boda de mi hija Ana Lucía y tengo frente a mí dos acontecimientos que están embelleciendo nuestras vidas: la próxima llegada de nuestros nietos!!!!

Carlita que fue la primera en casarse, tendrá en pocos días su primer hijo: Ignacio.

Ana Lucía alumbrará su primer hijo en la primera quincena de enero 2011.

De pronto el sueño de ser abuelos, en nuestro sereno atardecer, empezó a vislumbrarse, con el anuncio de la llegada de dos ángeles del cielo, para bendecir dos hogares y la casa paterna.

Al momento de recibir, muy emocionados, las imágenes de la primera ecografía que mostraba un diminuto punto equivalente a 2 cm. de tamaño del bebé de Carlita, evidenciamos cuánto había avanzado la tecnología respecto al cuidado de madre y niño en el útero materno.

Estando en Seattle en el mes de agosto, tocó el control pre-natal de Ana Lucía.

Como regalo de cumpleaños, ella pidió que me dejaran ingresar al recinto donde tendría lugar este examen, donde entre otros controles, se vería el sexo del niño.

Accediendo a su petición me permitieron ingresar junto con mi yerno. Con mucha emoción vi a mi hija, quien ya había dejado el nido de su primer hogar para ir en busca de sus sueños, que fue alcanzando uno tras otro, y ahora le tocaba el de ser madre. He sido testigo de ese milagro de Dios: Que mi hija alcance a ser creadora de vida ¡Realmente una maravilla!

La tecnología permite examinar cada milímetro del cuerpo en formación y monitorear los órganos vitales como cerebro y corazón. Determinar peso y talla, de cada segmento.

Yo estaba tan embelesada con esas imágenes que no escuché el anuncio de que sería BOY!!! como lo anunció la persona que tomaba la prueba. Recién, en ese inolvidable momento, caí en cuenta que el motivo de mi presencia había sido la curiosidad por saber el sexo del bebé, pero eso pasó a un segundo plano cuando vi “en vivo y en directo” al hijo de mi hija!!!..

Un gran regalo de cumpleaños… no, ¡¡¡el mejor regalo de cumpleaños que he podido recibir en mi vida!!!