viernes, febrero 24, 2012

La Sortija de Mamá





LA SORTIJA DE MAMÁ:




A la memoria de mi madre.




Cuando falleció mi madre, las hijas (5) nos reunimos para abrir una pequeña caja fuerte en la que ella guardaba sus joyas. Había dejado especificado que esta apertura se hiciera en presencia de todas nosotras, indicando además que mi hermana menor Rubí, que radica en Alemania sea la que se quedara con la mayor parte de las joyas.



Antes de abrir “el tesoro”, Rubí nos dijo que sólo quería tomar el pendantil de diamantes que le regaló cuando cumplió 18 años y la sortija que mi mama usaba en compromisos especiales: un “solitario” con un hermoso brillante.
Dicho esto concordamos que el reparto seria equitativo. Cada una escogería una joya empezando por la mayor (yo). En cada rueda escogimos la joya más significado para cada una de nosotras.
Seguidamente separamos una joya para cada una de nuestras cuñadas (3) y para las nietas mayores con la finalidad de que tengan un recuerdo de mamá. Tuvimos especial cuidado de escoger algo especial para cada una de ellas.
Cuando ya quedaron pocas joyas, nos dimos cuenta de que el “solitario” que Rubí quería no estaba entre las joyas, lo que nos pareció muy extraño.
Esa noche dormimos en casa de mamá las tres que vivíamos fuera de Lima. A eso de las 6 de la mañana, escuché ruido en la cocina. Entré y ví a Rubí encendiendo el fuego. Al preguntarle si se sentía mal, me contestó que en sueños mi mamá le había dicho que ponga todas las joyas en una olla con agua y ACE y las ponga a hervir.
A los pocos minutos vimos que del fondo de la olla salía una luz muy brillante. Mi hermana gritó: “es el SOLITARIO de mamá!!!”….inmediatamente cogió la joya y se la guardó. Nos quedamos anonadadas, porque esa joya estaba destinada para mi cuñada Martha. Después de llantos y protestas aceptó que la voluntad de nuestra madre fue que esa sortija fuera para la esposa de su hijo “preferido”.
Citamos a nuestro hermano para entregarle la sortija, no sin antes indicarle el valor sentimental y monetario que representaba.
Al medio día llamó nuestra cuñada para agradecer por el anillo y nos contó lo siguiente:
Cuando mi hermano le pidió aceptara casarse con él hacía algo de 35 años, le preguntó si quería que le regalara un “cintillo” o un “solitario”. Ella le dijo que un solitario, pues había sido el sueño de su vida.
Cuando se hace la petición formal, el novio entrega como sortija de compromiso:”un cintillo”. La novia, muy discreta como es su característica, no hizo ningún comentario. Pasaron los años y llegó las Bodas de Plata. En esa oportunidad le pregunta:¿ porque me regalaste un “cintillo” si yo te dije que quería un “solitario”?
Muy seriamente mi hermano le contestó: Cuando fui a la joyería, el “solitario” costaba una fortuna y yo en ese entonces no podía asumir ese costo.
……Y mira como son las cosas continuó diciendo Martha, “Gracias a ustedes ya tengo mi SOLITARIO”…y lo usaré todos los días hasta que me muera.
Sin duda, la sabiduría materna trasciende la muerte…no dejó su joya más valiosa a una hija, sino a la compañera de vida de su adorado hijo que sólo le faltó bajarle el sol o las estrellas para que ella viviera feliz hasta la edad de 86 años.




Ana Antúnez de Mayolo de Seminario.

1 comentario:

Unknown dijo...

Siempre la tendre en mi corazon.
Fabiola Seminario